¿Sabías que muchos emprendedores sociales comparten la misma misión que tu ONG? A partir de mi propio ejemplo, trataré de explicar en qué puede beneficiar a una ONG aplicar dentro de su organización dinámicas e iniciativas emprendedoras.

A pesar de que muchas veces me han contratado por un servicio de comunicación, fundraising o planificación muy concreto y conciso, tras finalizar el mismo, he continuado vinculado a esta organización de forma regular y continuada. De esta manera, como emprendedor externo trabajando dentro de la organización, iba unos determinados días a la semana o al mes a desarrollar mi trabajo dentro de sus instalaciones. Esta intermitencia de días, lejos de resultar un problema, ha sido una ventaja tremenda para la ONG. Los motivos son los siguientes.

– Al trabajar dentro de la ONG, tengo  a mi disposición una infraestructura y unos recursos que probablemente no tendría por cuenta propia.

– La misión, visión y valores ya suelen estar definidos, es decir, no tengo que inventar nada nuevo, pues ya hay un punto de partida consensuado, tan sólo tengo que intentar mejorar los procesos que ya existen en la ONG.

Espera, estoy comentando principalmente las ventajas que yo tengo, pero ¿Y para la ONG? Bien, pues ahí van:

  • El hecho de NO  ir todos los días a trabajar a un mismo lugar, me permite tomar distancia de los procesos de trabajo y poder analizarlos y mejorarlos desde otra perspectiva. No estoy encorsetado por la frase “es que aquí, siempre se ha hecho de esta manera” que seguro habrás escuchado más de una vez decir
  • Las ONGs son expertas en su misión social, pero no necesariamente (aunque por supuesto que las hay) tiene personal especializado que siempre esté al corriente de las últimas tendencias o técnicas de comunicación, marketing social o fundraising.
  • Puedo activar proyectos innovadores  que benefician a la ONG, con el consentimiento de la plantilla interna, sin que su personal necesite dejar de realizar su trabajo habitual e imprescindible para el cumplimiento de su misión.
  • Me permite aplicar metodologías que sé que ya están funcionando en otras ONGs, si sus características como organización son similares, puesto que anteriormente ya las he implementado en otra organización y he comprobado que funcionan.
  • No entro en dinámicas viciadas por el “día a día”. No hay saturación mental por trabajar en un mismo lugar y eso permite trabajar de una forma creativa y enérgica.
  • El coste de mi trabajo, no lo cargan en personal sino en servicios, siendo esta última partida presupuestaria mucho más flexible que la primera.
  • Si estos determinados días  de trabajo (por semanas o por meses) se van manteniendo en el tiempo, el conocimiento y el compromiso hacía la ONG va en aumento y repercute positivamente en el resultado de las acciones.

Como has podido deducir, esta experiencia que te he contado es similar al rol del  intraemprendedor dentro de una organización,  con la diferencia de no ser un trabajador en régimen de asalariado. Tomar distancia del trabajo diario que se produce dentro de una ONG, te otorga perspectiva y estimula las ideas creativas e innovadoras, complementando el conocimiento y trabajo interno del que ya dispone la ONG. Sinceramente, creo que será una tendencia de futuro.

Te aconsejo que hagas la siguiente prueba: invita a un profesional de tu entorno inmediato a que pase unos días dentro de tu organización y comprobarás como inmediatamente te propone formas distintas de ejecutar un procedimiento o proceso de trabajo, implementa mejoras en alguna técnica determinada o planifica nuevos modelos organizativos que pueden mejorar tu ONG.

¡Haz la prueba!

Jose de Shofund