En el mundo de las ONGs, donde cada minuto y recurso cuenta, ser eficientes y productivos es más que una meta: es una necesidad. Pero, ¿sabías que una de las claves para lograrlo está en cómo organizamos nuestro trabajo y en quiénes trabajan con nosotros?

Primero, hablemos de hacer las cosas de manera más ágil. Esto significa tener una estructura en la que se puedan tomar decisiones rápidas, donde las ideas se pongan en práctica sin demoras innecesarias y los proyectos avancen sin tropiezos burocráticos. Es como tener un camino directo y despejado para actuar.

Pero esto solo es una parte del rompecabezas. La otra parte esencial son las personas con las que trabajamos. Un equipo adecuado en una ONG no es solo un grupo de personas que trabajan juntas. Es un equipo en el que cada uno aporta algo especial, donde las habilidades se complementan y todos están comprometidos con la causa. Cuando este equipo trabaja en una estructura ágil, la productividad puede aumentar de manera impresionante.

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El Poder de la Tecnología y la IA en las ONG

La revolución digital no es solo para el sector lucrativo. Las ONG pueden y deben ser parte de esta transformación. La IA, por ejemplo, no es un lujo, es una herramienta de eficiencia. Imaginemos una pequeña ONG local que implementa un chatbot basado en IA para manejar consultas básicas. Este simple paso libera horas de trabajo humano, horas que pueden invertirse en impacto directo. La Ley de Pareto nos enseña que el 80% de los resultados a menudo provienen del 20% de los esfuerzos. Las ONG, armadas con tecnología, pueden ser testimonio viviente de esta ley, haciendo más con menos, y mucho mejor.

Menos es Más: Reestructuración y Eficiencia

Adoptar la filosofía de «menos es más» podría sonar contraintuitivo en un sector impulsado por la pasión y la necesidad de maximizar el impacto. Pero, considérese el caso de una ONG que decide cortar programas menos efectivos para concentrarse en los que realmente cambian vidas. Esta decisión, aunque difícil, refleja una gestión inteligente y una dedicación a resultados tangibles. Aquí, destruir no es sinónimo de fracaso, sino de reenfocar, reestructurar, y finalmente, reconstruir más fuerte. Al eliminar estructuras obsoletas, estas organizaciones se vuelven ágiles, adaptables y más capaces de enfrentar desafíos imprevistos.

Cómo organizar una ONG en 2024

Destruir para reconstruir no es un concepto negativo, sino una estrategia de supervivencia y crecimiento en el dinámico mundo de hoy. Las ONG que se atreven a abrazar esta filosofía no solo sobrevivirán; prosperarán. Al integrar tecnologías emergentes y adoptar una mentalidad de eficiencia y adaptabilidad, podemos garantizar que nuestras organizaciones no solo enfrenten los desafíos del mañana, sino que los lideren.

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